Vamos a ir desgranando a lo largo de estos meses lo que son las emociones, y para ello vamos a empezar hablando de para qué están en nuestra vida. Para qué sentimos emociones, es decir: su función.
En el artículo anterior hablamos sobre las emociones y el modo que tenemos de interpretarlas, lo que hace que muchas veces se nos genere un problema que puede derivar en tener que necesitar ayuda psicológica.
Según John Marshall Reeve, profesor de psicología positiva y autor de múltiples libros de motivación, las emociones deben cumplir 3 funciones que las hacen útiles y beneficiosas para el ser humano. La función adaptativa, función Social y función motivacional.
La primera función, la adaptativa, ya venía descrita desde Darwin, que consiste en adaptar la conducta para cada situación. Es decir, en cada situación se produce una emoción o sentimiento que sería común para muchas personas porque es lo que sería «lo más normal sentir en ese momento». Por ejemplo, si nos pegan un susto, lo más normal es que sintamos miedo. No entramos en este momento en las diferencias individuales porque no acabaríamos nunca, pero vamos a ver las funciones adaptativas de las emociones primarias.
- Sorpresa: La función adaptativa de esta emoción es la de exploración, ya que elimina cualquier interferencia entre lo que nos ha producido sorpresa y nosotros para poder centrarnos totalmente en atenderlo.
- Asco: La función adaptativa de esta emoción es el rechazo, para evitar o escapar de cualquier cosa que pueda hacer daño a nuestro organismo. Solemos tener asco por cosas que no tienen buen aspecto y que seguramente puedan hacernos daño si lo comemos.
- Alegría: La función adaptativa de esta emoción es de afiliación, generamos actitudes positivas con las que hacemos que otros puedan sentirse también contentos. Nos fomentan relacionarnos hacia el exterior y favorecen el aprendizaje y la atención.
- Miedo: La función adaptativa de esta emoción es la protección, de uno mismo y de los que nos importan. Hacen que tengamos energía para evitar o escapar de situaciones en las que podamos sentir miedo, además de aumentar la capacidad de centrarnos en el objeto que nos ha dado miedo.
- Ira: La función adaptativa de esta emoción es la de la autodefensa y para eliminar obstáculos que impiden que consigamos objetivos y metas.
- Tristeza: La función adaptativa de esta emoción es la de la reintegración aumentando la cohesión entre personas, es decir, reclamar ayuda de los demás mediante signos de tristeza suele generar empatía.

En cuanto a la función social, las emociones permiten a los demás predecir los comportamientos que vamos a tener y nosotros el suyo, lo que facilita que nos relacionemos de un modo más eficiente.
Sobre la función motivacional lo que produce es que nos movamos para conseguir alguna meta, lo que retroalimenta la emoción: la conducta motivada produce una emoción y la emoción facilita la aparición de nuevas conductas motivadas. Es decir, si nos sentimos contentos podremos animarnos a apuntarnos a esas clases de pintura que tanto nos han apetecido pero nunca hemos tenido el animo de participar, al hacerlo nos damos cuenta que nos encanta y produce una emoción de alegría que provocará que en un futuro volvamos a acudir.
En el siguiente artículo seguiremos hablando de este tema tan interesante y especial como son las emociones, para que vayamos poco a poco descubriendo el origen, función y expresión de estas emociones de un modo más desarrollado y de este modo poder abrir un espacio de aceptación para esos sentimientos.
3 comentarios sobre “Las emociones según Darwin”